Un día como hoy, hace casi 100 años, este italiano que llegó a ser
premio Nobel envió el primer mensaje por telegrafía sin hilos que pasó
de un lado a otro del Atlántico, de Inglaterra a Terranova. Entérate de
la gran carrera de este físico
CAROLINA G. MIRANDA
Se llamaba Gugliemo y nació en la ciudad de los soportales,
Bolonia, en 1874. Era hijo de padre italiano y de madre irlandesa y se
interesó desde jovencito por los descubrimientos de Heinrich Hertz sobre
las ondas hertzianas. Se sirvió de ellas para conseguir años más tarde
lo que se considera la idea inicial de la radio.
Pero
vayamos por partes. Sus ingenios empezaron allá por 1895, cuando
construyó el primer transmisor de telegrafía sin hilos, con un alcance
de 2,4 km, gracias a la utilización de una antena vertical. Al año
siguiente presentó su invento al Gobierno británico y en 1897 fundaba la
Compañía Marconi de Telegrafía sin Hilos. Las primeras señales se
transmitieron a través del Canal de la Mancha.
La compañía
daba el paso a América y en 1900 obtenía en Gran Bretaña la patente
número 7.777 para usar diferentes frecuencias que hacían funcionar
simultáneamente varias estaciones de telegrafías sin hilos. En 1901
comunicaba Cornualles y Terranova, causando sensación porque demostraba
que era posible llegar a esas distancias a pesar de la curvatura de la
Tierra, imagínate, algo que nosotros ni nos planteamos.
En
1910 comunicaba Irlanda y Buenos Aires, y en 1918, Inglaterra con
Australia. Pero ahí no acaba la cosa: en 1923 Marconi era pionero en la
transmisión en onda corta. Y claro, con tanto prodigio creativo, se le
otorgó el Premio Nobel de Física en 1909. También fue senador vitalicio
en su país.
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